Pedro Palomino

 

 

 

EL MONTE

 

El 20 de Marzo de 1889, el alcalde Eugenio Esgueva Casín, encargó al perito agrónomo Don Dimas Pérez Ramos, hacer el deslinde, medición y tasación del monte de Valdepila, junto con los demás montecillos adyacentes.


Fueron pasando los años, hasta que un 7 de Abril de 1910, el alcalde Mariano Esteban Zapatero, en una sesión del Ayuntamiento manifestó lo siguiente:


…”Que en esta villa existe un monte llamado “Valdepila”, el cual, por R. O. de 1862, fue exceptuado de la venta, en concepto de “dehesa boyal”, para que según lo establecido en las leyes desamortizadoras, sirvieran sus pastos para el sustento del ganado destinado a la agricultura, única fuente de riqueza con la que cuenta este vecindario, en el cual no hay industrias ni trabajos de otra clase, mas que las labores del campo, realizadas personalmente por las diferentes clases de ganados y cuya subsistencia hubiera sido imposible sin esa medida previsora de la ley.


Pero a pesar de ella, la conservación del ganado, que en la expresada forma se mantiene, se viene haciendo cada día más difícil, ya que al ser pobre el terreno, los pastos escasean, a la vez que el ganado carece de ese elemento de vida, con todos los perjuicios anejos a esa situación. El monte se pierde en su apreciación y valor, en daño naturalmente al pueblo y al estado.
Existen en él, diferentes tramos y calveras desprovistas de toda vegetación e impropias al presente para la producción de pastos, con lo cual, el monte de “Valdepila”, no cumple en su totalidad los fines para los que la ley quiso reservarle.


Esta pobreza se debe, a parte de la que por se tiene el terreno, a que nunca ha sido labrado, abundando las raíces y malezas de todo tipo, en el terreno que aparece totalmente esquilmado, lo cual sería remediado, si este terreno se roturase cierto número de años, recobrando de esta forma la finca su valor y pudiendo de esta manera resarcirse el ganado de la escasez actual.


Este medio para poder salvar la ganadería, que es el elemento principal para el desarrollo de la agricultura, que es nuestro único medio de subsistencia, nunca mas necesitada, por estar completamente arruinado este rincón de la “Ribera del Duero”, en el que tantos y tan grandes estragos ha causado en sus viñedos la “filoxera”.


La junta acuerda el aprobar esta petición y se acuerda el enviarla a través de carta certificada al Excmo. Sr. Ministro de hacienda para su aprobación y que autorice la roturación de dichos terrenos.
Fue trascurriendo el tiempo y a finales de Julio se recibió la Real Orden del Excmo. Sr. Ministro de hacienda, en el que se autorizaba al ayuntamiento, la roturación y siembra, durante tres años agrícolas, en los siete trozos del terreno del monte de “Valdepila”, con un pago anual del 10% del valor que se fije para su disfrute.


Pasó el tiempo y allá por el mes de Septiembre de 1911, el Ayuntamiento recibió una comunicación del Ministerio de Hacienda, en la que se suprimía el aprovechamiento de la labor de siembra, de las noventa y siete hectáreas del monte de “Valdepila”, por haber finalizado el plazo de concesión.
Puesto el asunto en conocimiento de la Corporación, se discutió el asunto, acordándose por unanimidad, el  mandar una nueva instancia al Sr. Ministro de hacienda, con el ruego de que se prorrogase la concesión del aprovechamiento de dicho monte, por el motivo de que han mejorado en parte la  producción de pastos sin embrago, el resultado que se esperaba en la siembra, no se había producido, debido al corto espacio de tiempo que se había roturado, y teniendo en cuenta la necesidad de ampliar la siembra en cierto número de años, para conseguir dichos fines, debido a la crisis que atraviesa esta villa, por causa de la “filoxera” de los viñedos, logrando de esta manera el poder paliar esta situación.


No obstante se comunica a los vecinos, que hasta tanto no se resuelva esta prestación por la superioridad, se suspendan los trabajos de siembra.
En Diciembre de 1913, se procedió a efectuar las subastas del monte de “Valdepila”, una para la caza, por un tiempo de cinco años y otra para las labores de siembra.


El 12 de marzo de 1916, el ingeniero jefe de montes, comunica al Ayuntamiento, que se concede a esta villa y para la labor de siembra en el monte de “Valdepila”, la ampliación en 25 hectáreas más de terreno, en los sitios y con los límites que se detallan:


“Cota del Encinar y Calero”, que linda al Norte con tierras particulares de vecinos de Mambrilla. Al Este, con los corrales y el camino que va a “Las Corralizas”. Al Sur, con el camino que va al pueblo de Corrales de Duero. Al Oeste, con el término de Corrales de Duero, con un total de 15 hectáreas.
“Valdelacasa”, limita al Norte, con robledales de particulares, al Este, con tierras de labor. Al Sur, con la carretera de Mambrilla a Valdearcos. Al oeste, con tierras labrantías del mismo monte, que hacen un total de 8 hectáreas.


“Pico del Cuerno, al norte, con el camino de “Hontanares. Al Este, con tierras labrantías del monte. Al Sur, con el camino de la carretera. Al Oeste, con la carretera, que hacen un total de 2 hectáreas.
El Ayuntamiento, tasó estos tres lotes en 1.750 Pts., por lo que tendrá que ingresar en hacienda 175 Pts., importe del 10% para poder recibir la licencia y dar comienzo al aprovechamiento, procediendo a dividir estos tres lotes, entre todos los vecinos, a partes iguales, para poder avanzar en los trabajos de roturación.


Transcurría el año 1917, cuando la vecina de esta villa, Tomasa San Martín Arranz, decidió contraer matrimonio, por lo que tenía que dejar la suerte de monte, ya que dejaba de ser cabeza de familia, y el nuevo matrimonio poseía otra participación.


Como era lógico, el Ayuntamiento, anunció la vacante, para los que se crean con derecho pudiesen optar a ella. Se presentaron tres solicitudes por los vecinos, Adolfo San Martín San Martín, Gregorio Arranz Oña y Ezequiel González Herrero, que una vez estudiadas por el Ayuntamiento, se acuerda le sea concedida, a Adolfo San Martín San Martín, por considerarla que tiene preferencia sobre los demás, ya que es vecino desde su nacimiento de esta villa, y haber contraído matrimonio antes que Gregorio Arranz Oña. Con respecto a Ezequiel González, no se justifica, ya que no consta en el Ayuntamiento, la fecha en que fijó su residencia.


A las instancias presentadas en el mes de Octubre de 1919, para la distribución de las suertes de monte vacantes, se concedieron a los siguientes vecinos: Juliano Horra Obejas, Sofía de Vicente Beltrán, Mariano Esteban Oña y Félix Oña Arranz. A Galo Aragüena Obispo, la parte que llevaba el caminero Sinfoniano Diez, desestimándose la de Germán Casín del Val, por no ser cabeza de familia en la fecha.


En 1919, se fija una cuota para el aprovechamiento de la  suerte de monte en “Valdepila”, el “Picón” y otros trozos en 18,50 Pts.
Transcurría el año 1920, y con el aumento de población, se presentaron más solicitudes para las suertes de monte que las vacantes que había, para lo que el Ayuntamiento procedió de la siguiente manera:
Desestimar la de Teodomiro Gil y Cesáreo Cavia, por no llevar dos años residiendo en esta villa y no considerarlos vecinos de esta villa.


Desestimar la de Marta Ramos, ya que forma familia con su hijo Mariano Cavia, quien viene ya disfrutándola.


Otorgándose a:


Germán Casín,            la de Saturnino Rubio.
Claudio Arranz,           la de Paula Escudero.
Desiderio Palomino     la de Pompeyo Miguel.
Andrés Beltrán,          la de Sotero Ramos del Val.
Cristino Arranz,          la de Casimiro de la Horra.
Fidel Zapatero,           la de Amadea del Val.

 

Daniel Arranz, la de Benito Alonso, que llevaba su hijo Miguel, sin perjuicio de adjudicar a este último la parte correspondiente en su día, cuando ocurran vacantes.
La vida continuaba tranquila hasta que en el mes de Noviembre, el alcalde, comunicó a los vecinos que circulaba por esta villa el rumor de la venta del monte, estando alarmadísimo el vecindario por este motivo. Se designó una comisión que estuvo formada por Victorino San martín y Lino Vizcarra, para ir a Madrid y cerciorarse sobre el particular, para que en el caso de ser cierto que existiese una solicitud de venta, ver la forma de prorrogarla hasta ver lo que sería más conveniente.
Cumplida la misión, la comisión informó, de que según lo manifestado por el Sr. Director General de Propiedades e Impuestos, no había ninguna solicitud para dicha venta, hasta el momento. Entonces el Ayuntamiento acordó, el ponerlo en conocimiento de los vecinos, por medio de un edicto, a la vez que comunicaba a los deudores que efectuasen sus pagos en el plazo de cinco días, ya que si no se procedería a su ejecución por la vía de apremio.


En 1922, se acuerda el fijar el precio de la suerte de monte en 23,70 Pts.
Por la mayoría de votos de los señores: Jerónimo Fuentes, Julián san Juan, Guillermo de la Horra y del alcalde, se declararon vacantes las suertes de monte que tenían los vecinos, Ventura Miguel Ramos, por defunción y José Fuente Zapatero, por haber trasladado su residencia.


Los concejales, Andrés Beltrán y León palomino, manifiestan su disconformidad en lo referente a José Fuentes Zapatero, por el motivo de estar dado de alta en el padrón de vecinos y estar pagando los impuestos y cargas. En este mismo caso están los vecinos, Galo Aranguren, Patricia del Val y Juana Bombín, por haber permanecido fuera del pueblo, lo que ruegan se ponga en conocimiento de los vecinos, con el fin de que en el término de ocho días, se hagan las reclamaciones oportunas.
En la reunión celebrada por la Corporación, el día 1 de Octubre, se procedió a dar lectura de una instancia presentada por José Fuente Zapatero, en la que comunica se sirva dejar sin efecto el acuerdo de la Corporación, por el que se pretende privarle del legítimo derecho del disfrute de la suerte de monte, por el motivo de haber cambiado de residencia, alegando no ser cierta esta afirmación, ya que es público y notorio, que hasta el día 16 de Abril de 1922, estaba desempeñando el cargo de Depositario de este Ayuntamiento, y que si bien tuvo la necesidad de salir una temporada para hacer los trabajos de su profesión de “botero”, en otros pueblos, fue accidentalmente, ya que una vez finalizados, regresó a esta villa  el 1 de Agosto, donde continua residiendo con toda su familia, sin haberse dado de baja, ni haber mostrado la voluntad de irse, en donde se encuentra empadronado y pagando todos los impuestos, y que de fundarse en el escaso tiempo de ausencia, estuvo imprudente esta aplicación, pues tiene la necesidad de ganarse el sustento para él y su familia, aparte de que a otros vecinos que han estado en el mismo caso, no se les ha privado.


Discutido el asunto, los concejales, Jerónimo Fuente, Julián San Juan y el alcalde, acuerdan desestimar dicha instancia, ya que trasladó su residencia el día 5 de marzo, llevando consigo a su familia. Los concejales, Andrés Beltrán y León Palomino, manifiestan, que si bien es cierto que se ha ausentado del pueblo, no les consta que se haya despedido oficialmente de vecino, habiendo regresado antes de seis meses, por lo que no ha perdido la vecindad, manteniendo el derecho de disfrute de la suerte de monte.


Este escrito, junto con un informe del Ayuntamiento, es enviado al Sr., Gobernador Civil, para su resolución, la que fue remitida a este  Ayuntamiento en Septiembre de 1923, por el Sr. Gobernador, en la que se ordenaba se le mantuviese el disfrute de dicha suerte de monte.


Allá por el mes de Febrero de 1928, se presentó una reclamación verbal, por los mozos solteros de esta villa: Benito Beltrán, Donato Castro, Fortunato Beltrán, Tirso Sendito y Adriano Granado, haciendo constar que tienen pendiente ante el Tribunal Provincial, el recurso de aprovechamiento de labor y siembra del monte, por no estar conformes con la porción que se les adjudica.


En el mes de Octubre de este mismo año, estando celebrando sesión el Ayuntamiento, se presentó una reclamación verbal, por Benito Beltrán Esteban, el cual expuso: “Que por sentencia dictada por el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de fecha 1 de octubre, que exhibe en el acto, tiene derecho al aprovechamiento de labor y siembra del monte, el recurrente y los demás vecinos interesados en el recurso interpuesto contra los acuerdos de este Ayuntamiento, habiendo sido declarados nulos dichos acuerdos y valedero el de los recurrentes”. Esto lo dice, para que la Corporación acuerde el comunicarlo al vecindario, absteniéndose todos de sembrar en el monte, en el presente año forestal, hasta nuevo acuerdo.


En el mes de Noviembre se presentó un escrito firmado por los vecinos, Gregorio Cuesta, Teodosio Arranz y Baltasar Mamolar, en el que se reclamaba les fuese entregado la parte correspondiente de la suerte del monte. Como es lógico, la Corporación discutió el asunto, viendo que los reclamantes, si figuraban en el padrón de habitantes, no lo eran con carácter de vecinos y sí, como transeúntes, por lo que acordaron desestimar por unanimidad dicha petición.
En el Año 1931, se fijó la cuota para la suerte de monte en 19,05 Pts., existiendo para repartir 184 suertes. Corría el año 1933, aumentando de una forma extraordinaria la solicitud de suertes de labor y siembra, para poder atender a todas, se procedió a replantear todas las tierras que estaban sin labrar, con el objeto de tener un mejor aprovechamiento de las mismas y poder atender a todas las peticiones. Para ello se nombró una comisión de peritos dando como resultado de las operaciones el siguiente:

 

Pico del Cuerno

   10.120 m2

Valdepìla

   20.610  “

Los Pilones

   13.720  “

Cantera

   22.000  “

Calero

     6.400  “

Mojón II

   11.100  “

La Cuesta

 100.025  “

Los Valles

   19.150  “

TOTAL

 203.125 m2

Que reducidos a fanegas, hacen un total de 78 más una fanega y seis celemines en Mata-Alta, a orillas de la carretera.
La Corporación estimó, que todo este terreno podía destinarse para labor y siembra, sin que causase perjuicio para los pastos de la ganadería, acordándose que fuese repartido entre los vecinos, siendo gratuito el primer año forestal, en atención a que tienen que labrarlo sin rendimiento alguno.
La vida seguía transcurriendo de forma muy monótona hasta que en 1940, los lotes de labor y siembra del monte de “Valdepila”, se asignaron de la siguiente manera:

        El lote llevado por:

          Se adjudica a:

  Gregorio Calvo Bombín

  Juliana de la Horra Moreno

  Julia Arranz Arranz

  Juan Fuente Diez

  Balbina Beltrán del Río

  Albina San martín Ramos

  Micaela Oña Esteban

  Don Benito López Maeso

  Lucinia Diez de la Horra

  Marcelino Arranz del Val

  Juana Miguel Diez

  Elena Cantero Monzón

  Juana del Val San Martín

  Gregorio Arranz del Río

  Amalia Diez de la Horra

  Beatriz Arranz Beltrán

  Teodosio Beltrán García

  Félix Arranz Vallejo

  Mariano Vizcarra Zapatero

  Teodosio Sendito Fuente

  Gregorio Ramos y Ramos

  Natividad Aguado Oña

  Pablo Ramos Calvo

  Águeda Arranz Ramos

  Feliciano Diez Ramos

  Dionisio Arranz Arranz

 
Se desestimó la petición de Santiago Diez, por tener en grado de sargento voluntario en el ejército y ser empleado del estado, del que cobra sus haberes y no satisfacer las obligaciones de contribuir a este Ayuntamiento.


Con respecto a la de Serafín Bombín de la Horra y Julián del Val Arranz, por haber ingresado en el Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil y estar agregados a Burgos.


Allá en el año 1950, veintiún vecinos de esta villa, presentaron un escrito al Ayuntamiento, en el que solicitaban, que las suertes de labor y siembra de todos los terrenos del Municipio, se efectuara su reparto entre los cabezas de familia, de acuerdo con lo que determina la nueva ley, cesando en su disfrute a todos los solteros de ambos sesos, que siendo mayores de veintiún años, viven bajo la potestad del padre.


El Ayuntamiento, acordó el emitir su informe y enviarlo al Sr. Gobernador, para que dicte la solución.

 

      

 

 

        

 

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